domingo, 20 de julio de 2014


martes, 8 de abril de 2014

Después de más de un año teniendo aparcado el blog, voy a intentar publicar una vez a la semana. Durante este ultimo año he estado acabando mi proyecto final de carrera, y por fin desde febrero soy arquitecto.

Ahora estoy inmersa en el mundo de la búsqueda de una oportunidad profesional, que estoy segura ¡llegará rápido!

Ahora.. al tema. Una de las cosas por las que empezé a escribir este cuaderno, era una forma de organizar y ordenar todas las fotos que he ido haciendo durante estos ultimos 7 años, y tener una recopilación de los lugares que más me han gustado y/o aportado. Uno de ellos fue la Unitè.


Un edificio del GRAN MAESTRO, el primer edificio que pisaba de él, y no defraudó. Tuve la oportunidad de visitarlo y de dormir en el hotel de la Unitè en el viaje de vuelta a España que F y yo hicimos desde Milán a Barcelona. Él fue a buscarme a la ciudad italiana y juntos empezamos un breve viaje de unos 4 días por la Costa Azul. ¡El último día lo organizo yo! le dije, y es que si un arquitecto va a pasar una noche en Marsella debe dormir allí, y así fue. Para los que se aventuren a ir, no fue tarea fácil reservar, porque sólo hablaban francés (ni una palabra de inglés).

Por Marsella pasamos, y sí, fue como pasar, porque no fue la ciudad que más nos gustó. Ni pena ni gloria, solo... sin más. Pero la experiencia de la Unité lo compensó.

No voy a entrar a dar una clase teórica sobre el edificio, porque todo lo que pueda escribir ya está escrito. ¿Lo que más me impactó? La vida que te tenía el edificio. La cafetería llena, el cartero planta por planta dejando las cartas en los buzones, que en vez de estar en la planta baja, como suelen estar, están en cada planta, convirtiendo, los pasillos en calles. Los colores. El perfecto uso del color. Ni sobran, ni faltan, no quitan ningún protagonismo a los espacios, simplemente los completan. ¡Y cómo los completan! La planta destinada a "calle", dónde se sitúa toda una galería con locales comerciales, está llena de despachos de arquitectura, tiendas de diseño y empresas de publicidad entre otras, pero todas y cada una relacionadas de alguna u otra forma, con el arte y la creatividad. La calle perfecta para cualquier amante del diseño. Y las vistas. Siempre había visto las fotos hacia el propio edificio, pero nunca había prestado atención a las fotos que miran del edificio hacia fuera. Y es que la Unitè tiene unas maravillosas vistas hacia la ciudad de Marsella y el Mediterraneo.

Desde aquí, os recomiendo esta experiencia totalmente. Y todo lo que os pueda contar... sabe a poco!






















martes, 5 de marzo de 2013



Fue la primera casa que redibujé en la carrera. Mis profesores de Proyectos I, Josep Fuses y Josep Camps, nos propusieron cambiar el cerramiento de este icono de la arquitectura. Aun recuerdo la ingenuidad con la que afrontamos esta dificilísima tarea, la inocencia de casi todas las propuestas, el desconocimiento casi total de la historia de la arquitectura moderna... Y mirando con perspectiva hacia detrás creo que fue una gran idea, esta propuesta para un primer proyecto. Fue mi primer contacto con Mies van der Rohe.

Al cabo de cinco años, cuando nos propusimos hacer el viaje de "fin de carrera", teníamos claro que Chicago era uno de los destinos y que ver la casa Farnsworth estaría dentro de nuestra guía de viaje. Así fue como llegamos hasta ahí.

Aun recuerdo ese día con emoción y nerviosismo. Nos equivocamos de fecha, tuvimos que alquilar un autobús en media hora y llegamos una hora tarde... La visita mas esperada de todo el viaje, la habíamos reservado con meses de antelación... Y NOS EQUIVOCAMOS DE DÍA. A pesar de todo, entre todo el grupo solucionamos todos los inconvenientes que surgieron y disfrutamos como niños pequeños.

Recomiendo muchísimo el viaje y esta magnifica experiencia.










Más adelante escribiré sobre el viaje a Nueva York y Chicago que hicimos, visitando la arquitectura mítica del S.XX.

Y aquí os dejo un vídeo que hizo uno de mis compañeros.






lunes, 11 de febrero de 2013

Fuente: Plataforma arquitectura

Hace justo una semana, un profesor de la universidad me habló de este edificio y mañana voy a ir a visitarlo. Y escribo antes de ir a verlo porque me gusta mucho hacerlo así y ya después contrastar lo visto a través de las publicaciones e Internet, con lo vivido.

Se plantea un edificio de gestión y organización de toda una zona deportiva donde el programa principal son una serie de vestuarios para los deportistas. El edificio se separa del suelo por temas de diferencias de cotas del terreno, tomando la forma de "puente", y lo  verdaderamente interesante es la estrategia seguida por los arquitectos para resolver el principal problema de un edificio puente, la evacuación de aguas, inclinando el edificio.

No se puede negar que el camino tomado es realmente sencillo y resolutivo. Se resuelve la implantación, problemas estructurales y constructivos de un plumazo. Me maravilla que con algo tan sencillo se pueda resolver todo un proyecto. No quiero decir que ahora todos los edificios tengan que ser "torcidos" pero en este caso creo que se opta por una gran solución.

Mañana pasaré a verlo y comentaré si realmente todas estas ideas, sobre el terreno, las mantengo.












"El complejo polideportivo Salvador Espriu se sitúa en un área amplia entre unos barrios residenciales de Badalona y la autopista C31 Barcelona-Mataró, a una cota inferior. Esta situación determina la necesidad de un control del conjunto también desde la visión de un vehículo en movimiento, resolviendo una fachada urbana de gran dimensión.
El propio edificio de equipamientos se dispone en el centro del complejo, perpendicularmente a la autopista y con acceso a pie de calle a una cota superior a la de las pistas deportivas. Aquí se sitúan el control (organización y gestión) y todas las dependencias del centro.
La estrategia de implantación consiste en realizar un edificio ligeramente inclinado, facilitando la evacuación y recuperación de las aguas procedentes de duchas y lluvia, y al mismo tiempo ofreciendo una fachada realzada visible desde la autopista.
Se trata de un edificio muy ligero con una estructura metálica y unos cerramientos formados a partir de elementos industrializados, de fácil mantenimiento y reposición gracias a un sistema de montaje casi exclusivamente en seco.
La planta baja es muy permeable a la cota de las pistas deportivas, gracias a la altura ganada por la pendiente. En la testera se dispone un espacio abierto al exterior de gran calidad ambiental, donde se sitúan el bar y su terraza.
A la planta piso, la fachadas se generan a partir de las galerías perimetrales de acceso a los vestuarios mediante montantes metálicos revestidos de policarbonato. Unas aberturas apaisadas, a lo largo de toda la longitud, permiten tener en todo momento una visión sobre las dos zonas de pistas. Las fachadas se convierten así en un elemento clave del edificio, con un grado de transparencia y una tonalidad cambiantes según el tiempo y la hora. Por la noche, el edificio se convierte en una gran lámpara ofreciendo una imagen global única y reconocible en esta parte de ciudad.
Con este edificio se completa un complejo iniciado el 1990 con el aparcamiento municipal de Can Cabanyes (Soldevila arqtes). Por su presencia en la autopista y singular geometría, el conjunto se convierte en un referente urbano.



viernes, 11 de enero de 2013








He pensado en hacer una recopilación de algunos de los lugares que he ido visitando durante la carrera como una forma de recordar y ordenar algunas fotos olvidadas. Y mirando en las profundidades del ordenador he encontrado las fotos de esta magnifica visita al Cementerio de Igualada. Está todo escrito sobre este lugar y por eso no me quiero alargar, solo animaros a visitarlo. Por mucho que lo veas en fotos o planos, la experiencia es única. Poesía y arquitectura de la mano.

Localización: Carrer de los Països Baixos 0, Igualada, Barcelona.
Arquitectos: Enric Miralles, Carme Pinós
Año de construcción: 1985-1991

Fotos: Pilar Casasnovas



domingo, 6 de enero de 2013



EXPOSICIÓN: Las otras pedreras. Arquitectura y diseño en el mundo a principios del siglo XX.
Lugar: Sala de Exposiciones de la Pedrera
12/11/2012 - 24/02/2013





Una de mis compañeras de piso de Barcelona me recomendó esta exposición, y en una visita improvisada de una compañera de la carrera, nos animamos a verla. Y  no nos defraudó, y salimos encantadas. Tanto, que volveré a verla antes de que se acabe.

La exposición se ha realizado con motivo del centenario de la finalización de las obras de construcción de la Pedrera.

Es un  pequeño homenaje no solo a la arquitectura de Gaudí, sino en general al Art Nouveau donde la Casa Milà se compara con otras seis obras coetáneas quedando reflejadas las diferencias y similitudes de las diferentes corrientes estilísticas en la arquitectura, en el interiorismo y las artes decorativas.

De las seis obras, cinco están o estaban situadas en la Europa occidental y la sexta en los Estados Unidos de América: Casa taller de Victor Horta, Hotel Mezzara de Hector Guimard, Escuela de Arte de Glasgow de Mackintosh, Palacio Stloclet de Hoffman, Looshaus de Adolf Loos y Robie House de Wright.

De cada uno de los edificios hay planos originales, fotografías de la época, maquetas, videos e incluso mobiliario diseñado por los arquitectos. Un material excepcional que en conjunto hacen de la exposición  una valiosísima experiencia.

miércoles, 19 de diciembre de 2012






Investigando sobre restauraciones arquitectonicas he descubierto esta maravilla, el Pont Trencat (el puente roto) situado en Sant Celoni, Barcelona.

No me gusta la palabra restauración, porque restaurar es volver a poner una cosa en su estado original y eso en arquitectura es, en mi opinión, muy difícil. ¿Por qué? Porque no solo cambia el objeto arquitectónico, cambia el entorno, el contexto, los materiales, las técnicas constructivas... Por eso me gusta más utilizar la palaba recuperación. Recuperar el principio proyectual del objeto arquitectónico. Recuperar el uso, la forma o la función. La arquitectura no es una escultura, que baste con observarla;  para mantenerla con vida tiene que tener un uso y una función concreta.

La recuperación del puente (que no restauración porque no se ha vuelto a su estado original, se ha restaurado la función, pero no las técnicas constructivas, ni los materiales...) en mi humilde opinión se hace de forma perfecta.  

Se acierta en la materialidad del proyecto, en la simplifiación de la forma, imita pero no copia. Se recupera la función puente. La relación entre lo viejo y lo nuevo hace que se ponga en valor las ruinas preexistentes, sin quitarles, en ningún momento el protagonismo.

 
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